PHOENIX — Las múltiples presentaciones durante la Ceremonia de Inauguración de las Olimpiadas de París 2024 del viernes dejaron boquiabierto al mundo entero, pero hubo un cuadro que causó indignación, razón por la cual los organizadores se disculparon el domingo.
La escena de la pintura de Leonardo da Vinci, “La Última Cena”, de cuando Jesucristo comió por última vez con sus discípulos, que también representa la institución de la Santa Eucaristía y el anuncio de que uno de los discípulos los traicionaría, fue representada durante la ceremonia de apertura por artistas y bailarines miembros de la comunidad LGBTQ+.
Sobre dicho cuadro, la Conferencia Episcopal Francesa (CEF por sus siglas en inglés), hizo público en sus redes su descontento, diciendo que la ceremonia inaugural “ofreció al mundo entero maravillosos momentos de belleza y alegría, ricos en emoción y universalmente aclamados.
Pero que “incluyó escenas de escarnio y burla del cristianismo, que deploramos profundamente”, dice la publicación.
María Zakharova, vocera de la Secretaría de Relaciones de Rusia hizo eco al sentimiento de los obispos franceses. Mientras que la Comunión Anglicana de Egipto dijo que “lo lamentaba mucho”.
Mientras que, en redes sociales, entre muchas quejas, circulan imágenes de los anillos olímpicos con una cruz negra sobre ellos que lee “Mi fe, no es un juego #BastaDeOfensas”.
Por otro lado, el director artístico de la ceremonia, Thomas Jolly había dicho que pretendía celebrar la diversidad y hacerle tributo al festín y la gastronomía francesa.
“Claramente nunca fue la intención de faltar al respeto a ningún grupo religioso. Por lo contrario, creo que (con) Thomas Jolly, intentamos celebrar la tolerancia comunitaria”, dijo la portavoz de los Juegos Olímpicos de París 2024. Y se disculpó si la gente lo tomó como ofensa.
Jolly habló con la Prensa Asociada después de la ceremonia y dijo que “antes que nada, quería mandar un mensaje de amor, un mensaje de inclusión y nada de división”.
